Una década con temor a la oscuridad,
Pero es la única que me abraza
Cuando caigo en el inmenso vacío
Que conlleva a tu recuerdo.
Tan profundo es aquel vacío,
Que arriba se escuchan los lamentos
de las almas desesperanzadas,
Gritando tu nombre al sordo silencio.
Te veo desde las sombras
más oscuras de mi habitación,
Esos ojos y sonrisa tan brillantes
Que a cualquier ángel enamoraría,
Con tan sólo una dosis de dulces mentiras y
caerán como moscas a tus garras,
como cada noche que apareces en mis
sueños, diciendo las dulces mentiras de siempre,
que ya empalagaron a mi corazón y me hace
vomitar cada mariposa estancada dentro de
mi estómago, convirtiendo el sueño en una
pesadilla sin salida.